En el día de ayer, el Salón Internacional de la Moda Flamenca volvía abrir sus puertas a un día que tuvo un calendario bastante concurrido. Tras la celebración del Certamen de Jóvenes diseñadores –todos ellos grandes promesas-, daba comienzo a las cinco de la tarde los desfiles de diseñadores consagrados que anuncian, al igual que otros años, cómo luciremos los volantes esta temporada.
La firma Arte y Compás fue la encargada de abrir la pasarela en esta segunda jornada de SIMOF. Esta nueva colección presenta un magnífico juego de escotes, pequeños detalles como lazos en los trajes o flores naturales en el pelo y unos volantes que saben a Rocío y es que Antonia Rocío Silva, directora de esta casa, lleva esta ermita rodeada de albero en lo más profundo de su corazón. Son como ella dice “sus raíces”. Además, vemos en los diseños una inspiración basada en las flamencas de los años 50, 60 y 70 cuyos trajes regionales protagonizaban eventos como la Cruz de Mayo, el Rocío y Ferias. Nos encontramos con trajes cómodos, con mucho vuelo gracias a volantes de capa y fruncidos que suben el cuerpo del traje hasta ajustarse a las delicadas cinturas de las modelos. Además, apuesta por colores muy variados tanto en telas lisas como en estampados. Aún así, abundan tonos como el albero, granate, negro y malva.
Una vez que Noelia López –modelo invitada del día- cerró este desfile llamado “Mis flamencas vintage” con una esplendorosa sonrisa, llegó a la pasarela de Fibes la colección “Maralva” firmada por Flamencas. Así, desde Algeciras nos traían un estallido de colores mezclados con diferentes tejidos otorgando vuelo y movimiento a una colección muy peculiar.
Trinitrán fue la encargada de coger el testigo tras el cierre del desfile anterior. Con “De arriba abajo” la firma cordobesa nos hizo disfrutar de unas flamencas de lo más informales y sobre todo, flamencas de la noche. Así, la fusión de los complementos florales perfectamente cuidados con mantoncillos, camisas abotonadas y faldas y pantalones, de inspiración torera, adornados con sedas, bordados y delicados encajes. Nos encontramos ante un trabajo completamente artesanal y cuidado hasta el más mínimo detalle. Precisamente gracias a esto nos encontramos ante una de las colecciones más completas y variadas en cuanto a colores y formas ya que pendientes, mantones, cinturones, broches, botones y flores ofrecen un gran abanico de posibilidades para vestir a la flamenca de este 2016.
Sin embargo, si hubo alguien que nos dejó estupefactos y con la boca más abierta que cerrada, esa fue la joven diseñadora y emprendedora Ana Morón quien mostró una colección completamente diferente e inspiradora. Su nombre “Goya” nos da las claves de sus referentes para el diseño y confección de estas creaciones. Reinventa el tradicional uso de los madroños –usados hasta ahora para adornar el pelo- y los implanta en mangas y espaldas sobre una base de tela transparente que se ajusta a la perfección a los cuerpos. Sin arrugas ni desajustes algunos. Pura imaginación y creatividad que nos presenta una flamenca de lo más contemporánea. En los patrones adquieren especial importancia los volúmenes en los hombros y la cintura. El vuelo comienza a tomar fuerza a partir de la cintura acabando en unos volantes que son siempre diferentes. Es una colección estudiada, con “ricos bordados florales tradicionales” que dan vida a los vestidos y sus cuidadas y sutiles transparencias. Toda una obra de arte en la que se mezclan vivos colores como azul, verde, rosa, corales y rojos hasta llegar al blanco y el negro y los bordados multicolores. Y es que su formación académica se deja sentir, enriqueciendo cada año la moda flamenca.