Samantha, Charlotte, Miranda y Carrie siempre han sido un tema recurrente en muchas conversaciones. Probablemente cuando la serie “Sexo en Nueva York” se emitió entre 1998 y 2004 los temas eran mucho más controversiales que ahora, pero aún así sigue siendo completamente actual.
Las relaciones siempre han sido un enigma ¿Cuántas veces habremos recurrido a nuestros amigos para pedir consejo y consuelo? A estas alturas ya habremos perdido la cuenta. De este modo, “Sexo en Nueva York” nos muestra esa parte de la vida que más dolores de cabeza nos ha dado, la vida amorosa.
Estas cuatro mujeres, nos develan, a través de su experiencia, su incansable espíritu por encontrar su alma gemela. Pero al final, aunque gran parte de la serie se centre en esa búsqueda del hombre de sus sueños, no trata sobre eso.
La inquebrantable amistad que une a las cuatro protagonistas se convierte en el plot principal de la mítica serie “Sexo en Nueva York”. Porque si hay algo más difícil que encontrar al hombre perfecto, es encontrar unas amigas como ellas.
Así, encontramos a Miranda, esa mujer sarcástica sin pelos en la lengua que te dará su opinión sin tapujos. Un personaje independiente, autentico y leal que seguirá su instinto hasta el final de sus días. Un claro ejemplo de feminismo creado hace 20 años que rompe con todos los estereotipos de la mujer.
«La inquebrantable amistad que une a las cuatro protagonistas se convierte en el plot principal de la mítica serie “Sexo en Nueva York”
Charlotte, por otro lado, sería su antagonista. Soñadora, positiva y romántica son los adjetivos que engloban la esencia de este personaje. En busca de la vida perfecta, con su marido e hijos ideales en una gran casa mientras se encarga de las tareas del hogar, Charlotte es el personaje que más duramente lucha por encontrar el amor verdadero.
Samantha es la alegre y entusiasta del grupo. Anteponiendo el placer antes que el amor, es la ejemplificación perfecta de la separación de los sentimientos y lo carnal. Es una mujer que vive libremente su sexualidad sin ningún tipo de barrera ni límites. Incluso es la que más habla de su vida sexual en el grupo, por mucho que le pese a Charlotte.
Por último, encontramos a la inimitable Carrie. ¿Quién no ha soñado nunca con tener su fondo de armario? Cierto es que derrocha enormes cantidades de dinero en escandalosos modelos de zapatos, pero esos Manolo Blahnik o esos Louboutin en el armario son una inversión para toda la vida.
Todos tenemos un lado de “Sexo en Nueva York” corriendo por nuestras venas. Todos somos Samantha, Charlotte, Miranda y Carrie.