El inicio de la esperada gira de Shakira, Las mujeres ya no lloran, ha sido un evento memorable que quedará marcado en la historia de la música pop. La cantante colombiana comenzó su tour el pasado 11 de febrero en el estadio olímpico Nilton Santos de Río de Janeiro, Brasil, ante 47.000 fervorosos fans. El show, que se extendió por más de dos horas y media, fue una explosión de energía, emoción y sorpresas, en el que Shakira ofreció un repertorio variado que incluyó tanto sus nuevos éxitos como los clásicos que la han consagrado como una de las artistas más queridas del mundo.
Desde el primer segundo, Shakira dejó claro que esta gira sería un espectáculo sin igual. Al abrir con La Fuerte, su colaboración con Bizarrap, la cantante envió un mensaje claro: su regreso al escenario sería una celebración de su poder y su personalidad, características que la han definido en su carrera. Acompañada de un impresionante equipo de baile y un despliegue de medios técnicos, la artista cautivó a su audiencia, comenzando con una puesta en escena que recordó a las grandes giras de las divas del pop.
Uno de los momentos más destacados de la noche fue la recreación del videoclip de Te Felicito, su colaboración con Rauw Alejandro, en el que Shakira sumó elementos visuales espectaculares y un estilo de producción de alto nivel. Pero la verdadera sorpresa vino cuando, al más puro estilo de líder de su manada de «lobas», la cantante presentó sus 10 mandamientos, que sus seguidoras han adoptado como un símbolo de empoderamiento.
Shakira demostró, una vez más, que no solo es una gran cantante, sino también una icono de la moda. A lo largo del concierto, la colombiana realizó un total de 13 cambios de vestuario, adaptando su estilo a cada una de las canciones interpretadas. Cada conjunto reflejó la época y la actitud de las canciones, desde las más alegres hasta las más emotivas, manteniendo siempre su esencia y su poder en el escenario.
Un emotivo reencuentro con sus hijos
Uno de los momentos más tiernos y emotivos del concierto fue la aparición de sus hijos, Sasha y Milan. Los pequeños subieron al escenario para acompañar a su madre en la interpretación de Acróstico, una de las canciones más personales de su último álbum, en la que Shakira colabora con ellos. El público estalló en vítores mientras la artista y sus hijos cantaban juntos, y no fue difícil ver las lágrimas en los ojos de Shakira, que compartió con sus fans uno de los momentos más especiales de la noche.
Dardos a Piqué y la presencia de su vida personal
El show también estuvo marcado por la presencia de la vida personal de Shakira. Los fans no dudaron en mostrar su apoyo incondicional a la cantante, abucheando y gritando contra su ex, Gerard Piqué, especialmente durante los momentos más intensos del concierto. En Las Mujeres Ya No Lloran, la canción que da nombre al álbum y que marcó el inicio de su colaboración con Bizarrap, Shakira lanzó billetes con su cara impresa, en un claro mensaje de que sigue cosechando el éxito y generando ingresos a pesar de los escándalos mediáticos.
Además, la cantante no dudó en modificar algunas de sus canciones durante el show. En La Bicicleta, un tema de 2017 que originalmente hacía referencias a Piqué y al Barcelona, Shakira aprovechó para hacer un cambio de letra y borrar esas menciones, un claro indicio de que ha dejado atrás esa etapa de su vida.
Un regreso triunfal
El comienzo de Las mujeres ya no lloran ha sido un éxito rotundo, con una Shakira más fuerte, segura y empoderada que nunca. La colombiana ha demostrado que, más allá de su talento musical, es una mujer resiliente que ha logrado convertir las adversidades en su mayor fortaleza. En cada acorde, en cada gesto y en cada mirada hacia el público, quedó claro que Shakira sigue siendo una de las artistas más grandes de todos los tiempos.