Formentera es, sin duda, el ‘último paraíso del Mediterráneo’. Y lo pone de manifiesto de forma especial en verano, cuando atrae por el magnetismo de esas cristalinas aguas con un ‘azul Formentera’ único en el mundo, por la pureza que le proporciona la Posidonia oceánica, su gran tesoro submarino. Hay diversas alternativas playeras, de las que hemos seleccionado siete; cada una con características propias… pero todas tentadoras, por lo que es difícil escoger. ¿La mundialmente famosa Ses Illetes, la casi infinita Migjorn, las coquetas Ses Platjetes… o la acogedora Cala Saona, arropada por acantilados bajos? ¡Y por qué no todas ellas! Es cuestión de tiempo… y organización. Pero, sea cual sea la elección, una cosa es segura: olvidarse por unos días del estrés cotidiano para relajar el cuerpo y la mente en este paraíso cercano. ¡Al agua!
Ses Illetes
En la punta norte de la isla –a poniente– es el gran icono playero de Formentera, no en vano suele estar en el top de las mejores playas del mundo. Sus 450 metros de arenal están divididos en dos por una zona rocosa y debe su nombre a los cinco islotes suspendidos frente a su costa: Tramuntana, des Forns, Escull des Pou, Redona y Escull d’en Palla. Aguas tranquilas y poco profundas, con zonas dunares protegidas por pasarelas de madera para acceder al mar. Siguiendo rumbo norte se llega a la punta de la península des Trucadors desde la que se observa la cercana isla de Espalmador.
Llevant
Casi paralela a Ses Illetes, pero hacia el este. 1.450 metros de arena blanca y aguas cristalinas, con amplitud media de 90 metros. También atesora un extenso sistema dunar protegido por pasarelas de madera. Menos frecuentada que su ‘vecina’ –con la que casi se fusiona al norte, en una estrecha lengua de tierra– ofrece excelentes vistas de la costa este de Formentera y es ideal para relajados paseos a media tarde.
Cavall d’en Borràs
Antesala de Ses Salines, es la primera playa al entrar en el Parque Natural de las Salinas de Eivissa y Formentera. Cobijada por un frondoso bosque de sabinas, es de aspecto salvaje, aunque sus aguas poco profundas y ausencia de oleaje la hace ideal para familias con niños. Con vistas a Ibiza y los islotes de Es Vedrà y Es Vedranell. Su nombre proviene de la punta rocosa homónima, así bautizada en honor al propietario de la salinera de Formentera, a finales del siblo XIX. Al norte tiene un tramo rocoso –la playa des Carregador– y al sur un pequeño canal –sa Sequi– para dar salida al mar a las aguas estancadas del Estany Pudent.
Es Pujols y Sa Roqueta
La primera es una playa urbana de 690 metros a lo largo del paseo marítimo de esta localidad, que acoge la mayor parte de la oferta hotelera y de ocio de Formentera. Alterna tramos de arena con zonas rocosas que cobijan los ‘escars’, típicas casitas vardero. Siguiendo hacia el oeste está otra playa menos frecuentada, Sa Roqueta.
Ses Platgetes
Ubicadas en la costa de tramuntana, al noreste de la isla, son la antesala playera a los acantilados de la Mola, la zona más alta de Formentera. Tres pequeñas playas casi idénticas, separadas por zonas rocosas, que suman en total unos 600 metros de longitud. Ideales para la práctica del snorkel. Y al lado de Es Caló de San Agustí, que conserva su fotogénico aspecto de pueblo de pescadores, con sus vetustas embarcaciones tradicionales –‘llauds’– resguardados en los vetustos varaderos de su puerto.
Cala Saona
Agazapada en una pequeña bahía protegida por acantilados bajos, cuenta con apenas 140 metros de largo… pero es muy amplia. Aguas turquesa que contrastan con la tierra rojiza de las zonas rocosas. Y con un hotel perfectamente integrado en el entorno natural. También acoge pequeños varaderos y es ideal para practicar deportes como el paddle surf, kayak o snorkel… o hacer una excursión acuática hacia los acantilados de Punta Rasa, con sus sorprendentes cuevas submarinas. Al caer la tarde, es el mejor lugar para ver la puesta de sol, además del Cap de Barbaria.
Migjorn
La zona playera más extensa de la isla, con sus 5 km de playas y calas con zonas rocosas intercaladas. Cada una tiene su propio nombre y cuentan con varios accesos: Mal Pas, Ca Marí, es Racó Fondo, es Codol Foradat, la playa des Valencians, es Arenals y Copinar, la situada más al este. De todas ellas las más populares son Ca Marí, es Arenals y es Copinar, por su perfecto fondo marino arenoso, que se prolonga mar adentro. Esta zona es ideal para las familias pues está resguardada de los vientos de la tramuntana predominantes en los meses estivales. Y también hay en ella diversos restaurantes donde saborear la cocina autóctona y chiringuitos donde tomar una copa admirando el Mediterráneo.