SIMOF 2016, “UNA CITA CON LA MODA FLAMENCA”

A tan solo tres meses para que comience la Feria de Abril, tiene lugar –como cada año- el Salón Internacional de la Moda Flamenca en FIBES, Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla. Tras las puertas de este gran edificio, nos encontrábamos a una Raquel Revuelta que subida a unos altísimos tacones negros de aguja y enfundada en un vestido de lo más elegante, protagonizaba, como Directora de la Agencia Doble Erre y Coordinadora del Salón, el tradicional corte de cinta junto al Gerente de Fibes, Jesús Rojas. Así, tras un pequeño tijeretazo, comenzaba esta “cita con la moda flamenca” que cuenta ya con 22 ediciones.

Lina 1960 fue la encargada de abrir la pasarela en una tarde que estuvo cargada de emociones. Y lágrimas. La colección titulada “Miradas” comenzó con profundas notas de piano tocadas por el maestro Joaquín Pareja Obregón, a quien más tarde se le uniría Erika Leiva al cante. El primer diseño fue mostrado por la invitada de honor del día, Eva González. Posteriormente, comenzarían a desfilar las modelos habituales en este evento, entre las que se encontraban algunas novedades. En cuanto a los diseños, es una vuelta a los orígenes de la casa Lina pues sus directoras, Rocío y Mila Montero, nos los han definido como “algo diferente con los mismo elementos de siempre”. Diferente en cuanto a la inspiración, basada en los cuadros de Francisco de Goya. Así, recupera los trajes de flamenca de talle alto, encajes de guipur y bordados, hombreras con flecos, cuellos cerrados, volantes capeados y los madroños en flecos y blusas. En cuanto a los colores, se refugia en tonos verdes empolvados con marsala, rosas, grises y marfil; no podían faltar tampoco el blanco y negro o el azulino y coral. La exposición de este trabajo, artesanal y cuidado hasta el último milímetro, acabó con una bata de cola negra y un mantón rosa bordado en negro; seña de identidad de la firma.

Y de las majas de Lina, se pasó a la colección “Save the Queen” de la casa cordobesa Aldebarán. Con ellos viajamos a través del tiempo hasta trasladarnos a la campiña ecuestre inglesa. Para ello, en cada diseño ha usado botas de Polo y de equitación inglesa. Entre los complementos, también, encontramos bombines, camafeos, broches y relojes de mano. Es un universo dibujado en tonos rojos, negros y verdes; con estampados de sellos, tazas de té, cuadros escoceses y pata de gallo. La mezcla de diferentes tejidos y materiales, perfectamente estudiados, son un ejemplo no sólo de buen gusto, sino también de creatividad y sencillez. Así, nos topamos con una amazona muy actual de estilo “sport country de carácter atemporal”, como su propia diseñadora nos contó.

Tras el buen sabor de boca que nos dejó el acento british, y no sólo a nosotros pues también Carmen Lomana quedó especialmente sorprendida, volvimos de nuevo a los volantes. Esta vez, de la mano de la aclamada Pilar Vera. Trirititrán y unas sillas de madera apelotonadas daban la bienvenida al repaso que la diseñadora hizo por las distintas épocas del vestir flamenco. Abrió el desfile con un séquito de modelos presidido por Eva González y con trajes inundados de grandes lunares y en colores llamativos. Lunares, sí lunares, que vuelven a ser los protagonistas de la temporada. Esta primera parte, ha sido confeccionada con distintas texturas y muchos volúmenes que desaparecerán en el resto de la colección, titulada “Del café al tablao”. Así, usará la profusión de microvolantes con talles altos y mangas largas; mezclando lo de siempre y lo nuevo. El desfile acabó con Raquel Revuelta, Pilar Vera y Eva González – a lágrima viva- fundidas en un fuerte abrazo que muestran el sentimiento que hay tras tantos metros de tela. Y es que vestirse de flamenca no es simplemente colocar una gran flor sobre nuestros cabellos recogidos o colocar un mantocillo sobre los esculpidos trajes; vestir de flamenca es una seña de identidad, es cultura y tradición.