Sydney Carter es una mujer negra, independiente, profesional y libre. La entrenadora del equipo de baloncesto de la Universidad de Texas, lleva una larga trayectoria viviendo de este deporte. Primero, fue jugadora, y ahora, es quien dirige el juego. Todo eso, son cosas sin importancia, porque lo que ha llamado la atención de las redes ha sido su forma de vestir.
Esta noticia surgió hace unas semanas, pero cualquier día es bueno para recordar una injusticia. Recordar la lacra que suponen las redes sociales muchas veces. Algunos usuarios dedican su tiempo a ver un post y criticarlo sin ningún tipo de contexto. Sydney Carter siempre ha vestido de forma que se sintiera cómoda con su aspecto. Para unos puede parecer demasiado «atrevido» para una entrenadora de instituto, a otros, les parece una forma de reivindicación.
https://www.instagram.com/p/CZr5sEbpKG_/
Hagas lo que hagas, siempre te criticarán por salirte de la norma. La cantidad de insultos que la entrenadora recibió en su Twitter son innumerables. Aun así, nadie indagó en que su estilo es ese, ella se siente cómoda luciendo vestidos, prendas ceñidas y arreglándose. Una vez escuché, no sé a quien, que lo que realmente le aterra a la sociedad es ver a una mujer segura de sí misma. Y este, es el ejemplo que confirma la regla. Si nos ven felices, libres y con carácter, «somos provocativas», «nos gusta llamar la atención», o «mujeres fáciles».
A todas estas críticas, Sydney contestó a través de sus perfiles en Instagram y Twitter.
https://www.instagram.com/p/CZ20q8RppdJ/
«La representación importa. Como mujer negra en el mundo de los entrenadores, me enorgullece mostrar que las personas que se parecen a mí no tienen que disminuir nuestra luz para atraer a otros, cuyas opiniones nunca importaron de todos modos. Seguiré siendo yo misma sin pedir disculpas, ejerciendo presión y demostrando que las mujeres negras podemos expresar nuestra individualidad mientras hacemos nuestro trabajo a un alto nivel»
Con estas palabras, Carter reivindica su libertad de expresión, de ser quien quiera ser y espera ayudar a otras mujeres a seguir esa misma línea. En este punto, también entra el racismo, donde existe un mayor desprecio hacia una mujer negra que se encuentra en un alto rango. Como sabemos, el baloncesto, así como el fútbol, se ha ceñido a una práctica (en su mayoría) realizada por el sector masculino. De hecho, la mayoría de respuestas negativas provienen de hombres.
https://www.instagram.com/p/CaCkSIwlw8r/
Este no es más que otro ejemplo de discriminación, del largo lastre que persigue a las mujeres que les indica que deben ceñirse a tareas socialmente vistas para su grupo. Por lo que aún nos queda mucho trabajo por delante, a las mujeres se nos debe reconocer nuestros méritos, no «nuestra forma de vestir». Como dijo Carter para el programa de televisión Good Morning, America, «al final del día, yo he hecho mi trabajo y ni una sola vez me han impedido llevar al banquillo tacones altos, pantalones de cuero y vaqueros».