Javi Moralejo| Santiago de Compostela, 27 Octubre.
¿A qué edad supiste que quería dedicarte a la interpretación?
Seriamente me lo planteé cuando decidí empezar a formarme, tras rodar ‘Mar adentro’. Compaginé la formación con la universidad (hice Comunicación audiovisual). Aunque trabajaba bastante como actor mientras estudiaba, no tuve la sensación clara de “ser” o considerarme actor hasta años después. Recuerdo un momento tras un ensayo en el Teatro Meyerhold de Moscú. Estábamos haciendo Yerma, con mis compañeros de promoción y dirigidos por Juan Carlos Corazza. Llegué a camerinos con una sensación muy especial, y de repente apareció Javier Bardem, que estaba allí, había visto el ensayo y yo no lo sabía. Fue muy generoso, y me dijo cosas sobre mi trabajo, y me sentí actor, aún verde por supuesto, pero actor.
Tu primer papel importante llega con la interpretación de Roque en “La lengua de las mariposas” en 1999 con tan solo 12 años. ¿Cómo recuerdas aquellos momentos?
Una aventura muy especial, yo era un niño, y era jugar en un mundo nuevo que descubría. La imagen de Fernando Fernán Gómez sentado en una silla plegable en un bosque en Galicia, recién recortada su barba, y con su bastón, tranquilito, es la primera imagen de un actor que recuerdo conscientemente. Imborrable.
Has trabajado con los directores más importantes de nuestro cine. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Qué director ha sido un verdadero mentor para ti?
Creo que he sido muy afortunado, y doy gracias por haber estado aprendiendo y acompañado de toda la gente tan genial y tan generosa. Descubrir Madrid paseando por la noche con Joan Dalmau, que falleció hace un par de años, siendo yo un chavalín de 16, y él recitándome versos, contándome batallitas… es uno de los muchos recuerdos extraordinarios que conservo. Y directores… pues el otro día me encontré con Alejandro Amenábar, en el estreno de su nueva película y fue muy especial. Hay personas que cambian tu vida. Almodóvar es un genio con el que trabajaría mil veces. En la tele aprendí mucho de Carlos Sedes, disfruté con Calparsoro…Con Carol López gocé en el teatro con “El viaje a ninguna parte”. Y por supuesto, Juan Carlos Corazza, que sigue siendo un maestro al que quiero mucho.
En el año 2004 ganabas el Goya a “Mejor actor revelación” por tu interpretación en “Mar adentro”. ¿Cómo ha cambiado tu vida desde entonces?
Descubrí un oficio apasionante, con el que sentirme útil y respetado. Eso es mucho. He podido viajar un montón gracias a mi trabajo, vivir en Madrid… Nunca imaginé tanto cambio bueno.
A la vista de los últimos éxitos de nuestro cine como ha sido el caso de “8 apellidos vascos” entre otras films, ¿qué crees tú que ha cambiado en el panorama cinematográfico español en los últimos años para que cada vez acuda más público a visionar nuestras películas?
Me considero incapaz de analizar un aspecto como éste de la industria… Creo que algo básico es que en España hay unos profesionales, tanto actores, directores, técnicos… de primer nivel, y se ha decidido invertir dinero y energía en darle proyección a nuestras historias. Pero ojo, también puede ser un cambio peligroso confiar demasiado sólo en producciones que buscan un público de masas. Antes yo disfrutaba más de películas medianas que a lo mejor ahora no tienen tanta presencia… Las relaciones entre cultura e industria me resultan complejas. Y lo más dramático es que haya cada vez más público para nuestras películas, y sin embargo menos técnicos y actores que puedan vivir de su trabajo.
Además de en la gran pantalla has trabajado en el mundo de la televisión y el teatro. ¿En qué ámbito te sientes más cómodo actuando?
Más allá del medio, pienso en la historia, el personaje, y quién me rodea… Cuando hay gente con talento y currante, y/o un buen guión o personaje, todo es más “fácil”.
Actualmente has regresado a la televisión para interpretar en la exitosa serie de TVE, Carlos, Rey Emperador, a Juan III de Portugal. ¿Qué sensación tienes al encarnar a un personaje histórico como este?
Es una suerte. Documentarse para algo así es para disfrutarlo. Probar la ropa, los espacios de esas épocas…, intentar imaginar qué personas habría detrás de episodios que en principio se conocen por libros de texto, es una gran oportunidad.
Al hilo de esto y con los antecedentes de “Águila Roja” o “Isabel”, ¿por qué crees que son tan exitosas este tipo de series históricas en la actualidad?; ¿crees que la historia vende?
Si hay fórmulas, no las conozco… Quizás pasa a veces que cuando un tipo de historia o estética tiene éxito, se apuesta por otras similares. Supongo que son modas, como pasa cuando salen películas de vampiros, zombies… o ahora que en todos lados hay programas sobre cocina. Pero vamos, ni idea de lo que vende o no. De todos modos, esto no es lo que más me interesa, la verdad; pienso más en qué historias me interesan a mí. Por supuesto que es genial que algo en lo que crees tenga su espacio y alcance…Pero si pensamos sólo en lo que vende, creo que nos hacemos pequeños. Lo que sí creo totalmente es que si hay algo de calidad y se vende bien, la gente lo comprará.
Cuéntanos, ¿con qué personaje histórico te identificas o que personaje histórico te despierta un mayor interés o admiración?
Tengo muchas ganas de ver una película sobre Freddie Mercury, por ejemplo.
Por último, además de la exitosa serie en la que estás trabajando, ¿qué otros proyectos tienes entre manos?
Ahora empezaré a ensayar “La vida de Galileo” de Bertolt Brecht, dirigida por Ernesto Caballero, en el CDN, estoy entusiasmado y con muchas ganas. Además se acaba de estrenar La playa de los ahogados, en la que trabajé con Carmelo Gómez, que me encanta, y tengo pendiente de estreno en salas “Un otoño sin Berlín”, una película muy especial con la que estuve en el Festival de cine de San Sebastián…