Ha llegado el momento. No puedo negar que no me haga ilusión hablar con ella. Teresa Helbig es una mujer que admiro por multitud de razones: por su fuerza, su carisma, pero sobre todo, por su talento a la hora de confeccionar piezas únicas.
Presenta colección el día 9 de julio. No sé con qué nos sorprenderá esta vez, pero seguro que con algo grande. Al fin y al cabo, es el alma máter de la #Helbigang.
Bueno Teresa, se acerca el momento. ¿Qué nos puedes contar de la nueva colección?
Te podría contar muchas cosas, pero creo que al final las interpretaciones son muy distintas. Así que, solo te diré que con esta nueva colección he trasladado a la pasarela esa idea tan victoriana del club privado, ese lugar donde una persona es es ella misma. Es un privilegio que los hombres han disfrutado siempre. Por lo que es algo que reivindicamos para nosotras también.
¿Cómo ha sido el proceso creativo? ¿De dónde nace esta idea?
A modo informal, siempre pensamos que somos un club. Tenemos esa estructura de grupo de intereses afines, de ahí nació nuestro hashtag #helbigang. Esto solo es un modo divertido de darle forma física a una sensación.
V. Reivindicamos el privilegio de ser uno mismo
Los estatutos Helbig…
Son nuestro manifiesto, los diez puntos que explican nuestro ideario. Con mucho humor, eso sí.
I. La moda es una herramienta para luchar, una armadura, una fiesta.
II. Si no es divertido, no nos interesa.
III. Nos gusta la rebeldía coherente.
IV. No creemos en el cinismo. Somos lo que hacemos.
V. Reivindicamos el privilegio de ser uno mismo.
VI. No tenemos ningún problema en ser el centro de atención.
VII. Queremos reinventarnos tantas veces como nos dé la gana.
VIII. No necesitamos el permiso de nadie para crear.
IX. Somos educadas pero transparentes. Si algo no nos gusta, lo decimos.
X. Lo nuestro es la contradicción.
IX. Somos educadas pero transparentes. Si algo no nos gusta, lo decimos
Tu nueva colección recibe el nombre de Join the Club y se ambienta en la Roma de 1976. ¿Por qué esa ciudad y ese año
Es nuestra década preferida, y aunque hemos ambientado muchas colecciones en París y Londres, nunca hemos profundizado mucho en la dolce vita italiana, que también es muy inspiradora.
Todo el mundo habla de la Helbigang. ¿Qué características se necesita para formar parte de ella?
Solo tres: talento, libertad e ideas claras.
Ganaste el premio L’oreal el año pasado. ¿Cómo te sentiste?
¡MUY FELIZ! Agradecidísima. Y muy satisfecha por mi equipo, que es quien más lo merece.
¿Dirías que es una gran responsabilidad?
Creo que importan más la calidad de las colecciones que se muestren y las ideas que hay en ellas que no la localización.
VI. No tenemos ningún problema en ser el centro de atención
¿Qué opinas de los desfiles en Ifema? ¿Deberíamos salir a la calle como ya lo están haciendo otras capitales del mundo de la moda?
No soy una persona que crea en el culto de la novedad, no espero que todo sea radicalmente distinto.
Los desfiles de julio son sinónimo de color, alegría y mucha vivacidad. ¿Qué esperas de esta nueva edición?
¿Que qué espero? (Sonríe). Espero grandes tejidos, técnicas impecables, amor a la profesión y, ante todo, mucho respeto al cliente.
Teresa Helbig tiene su Helbigang, y otros muchos diseñadores invitan a influencers. ¿Es una herramienta útil para atraer a la audiencia?
No debe ser la prioridad. Te rodeas de quien te inspira y a quien admiras por puro instinto, como uno hace con los amigos. Quien busque solo fama creo que está equivocado.
X. Lo nuestro es la contradicción
Como diseñadora española, ¿qué crees que diferencia a la moda española de la italiana, parisina, neoyorquina…?
Es una moda muy atada a la tierra, al paisaje, a lo mediterráneo, y a la calle, la vida social. No es una moda de puertas adentro.
¿Algo más que nos quieras decir antes de que mañana veamos Join The Club?
Cada nueva temporada es una nueva oportunidad para seguir nuestra trayectoria, y por eso solo podemos estar agradecidos al público, a nuestros seguidores, a los medios que nos apoyan y por supuesto a nuestras clientas.
Para ver un desfile…
Solo hay que dejarse llevar y sentir libremente. No hay un modo correcto y racional de entender una prenda, lo importante es si nos transmite algo o no.