Siempre dedicamos tiempo a buscar qué productos de maquillaje son los mejores o cuáles son los específicos para nuestro tipo de piel, dejando de lado las herramientas más importantes a la hora de maquillarnos: las brochas y pinceles. De primera mano sé que muchas personas no ven como algo importante el tener un kit básico de brochas para poder maquillarse correctamente, utilizando la misma brocha despeluchada y áspera para multitud de pasos, como ponerse polvos, bronceador y colorete o, lo más antihigiénico, ponerse la base de maquillaje y el corrector y, después, aplicar todos esos productos en polvo (Ugh…).
Para acabar con este desastre, este artículo os vendrá de maravilla. 😉
Base de maquillaje/Corrector/Productos en crema
Para cualquier producto en crema o líquido, como puede ser una base de maquillaje o un corrector, lo ideal sería usar brochas de pelo muy tupido y rígido, es decir, con una gran cantidad de cerdas en ella, pero sin perder la suavidad a la hora de aplicar el producto.
En la primera imagen tenemos una brocha de corte redondeado, que nos ayudará a difuminar la base de maquillaje con facilidad al moverla en circulitos y dejando una piel perfecta, sin ningún corte o línea. También puede servirnos para aplicar coloretes en crema, por ejemplo.
En la segunda imagen tenemos una brocha de corte alargado, perfecta para la aplicación del corrector. Al tener esa forma, nos será muy sencillo difuminar el producto en cualquier zona de nuestro rostro, como en las ojeras, los laterales de la nariz o incluso difuminar la base de maquillaje en las sienes (sobre todo si tenéis la frente pequeñas, como me ocurre a mí).
La tercera brocha, más conocida como «mofeta», es perfecta para, básicamente, aplicar cualquier producto. Sus pelitos son largos y están compuestos de dos fibras, de pelo natural y de pelo sintético. A pesar de que son bastante densas, la largura de las cerdas permiten difuminar cualquier producto en crema a la perfección, dejando un look más natural y fresco. Como dije anteriormente, es multiuso, por lo que está indicada para aplicar cualquier producto líquido o en crema y productos en polvo que sean muy pigmentados, para de ese modo, rebajar la intensidad.
Polvos compactos y sueltos
Una vez hayamos aplicado los productos líquidos o en crema (recordad, siempre se aplican todos los productos en crema primero y, después, el maquillaje en polvo), sellaremos todo lo puesto con ese tipo de brocha.
Las brochas para polvos suelen ser grandes, con una gran densidad de cerdas muy suaves para nuestro rostro. Normalmente, suelen ser de corte redondeado (que es el que yo recomiendo para un Kit Básico), pero la forma de esta dependerá de la zona en la que queramos aplicar el producto. La brocha de la imagen es una brocha general, es decir, para aplicar polvos en todo el rostro, sin importar la zona.
Al ser tan grande, nos ayuda a difuminar cualquier producto en un instante, por lo que también se puede utilizar para aplicar bronceador y colorete de forma natural.
Bronceador/colorete
Aunque con la brocha anterior también podamos aplicar el bronceador y el colorete (como dije, de forma muy natural y rápida), lo ideal sería usar estas dos brochas para conseguir una aplicación perfecta.
En la primera imagen tenemos una brocha indicada para el colorete, ya que con su corte puntiagudo o, como en el mundo del maquillaje se conoce, con su forma de «llama» (de una vela, claro está), podremos aplicar este producto de una forma sencilla, precisa y sin tener que trabajarlo demasiado. Con unas simples pasadas conseguiremos una integración en la piel total. También podemos usarla para ponernos el bronceador, aunque es muy probable que por la poca densidad de sus cerdas, tengamos que aplicar varias veces ese producto.
En la segunda imagen sí tenemos una brocha para bronceador (que no para contorno, ojo) que, aunque sea muy parecida a la de polvos, no es igual. Esta tiene el corte redondeado, perfecto para ayudarnos a aplicar el producto y difuminarlo hasta conseguir la intensidad que queramos de él. Por el contrario, si a vosotrxs os gusta contornearos el rostro, lo mejor es que optéis por una brocha angular, ya que se adaptará más a la forma de las facciones.
Iluminador/Polvos sueltos
Sin lugar a dudas, esta es una de las brochas más conocidas en el mundo del maquillaje y no es para menos, ya que es MA-RA-VI-LLO-SA.
Esta pequeñita de aquí es perfecta para aplicar el iluminador, tanto en los pómulos, como en el arco de Cupido, como en cualquier parte, para qué decir más. Su forma de «llama» y su poca y corta densidad de cerdas ayuda a que deje un halo de luz precioso. Unos toquecitos y listo, producto aplicado.
Sin embargo, el uso que más se le da es el de sellar con polvos sueltos la zona de la ojera. Aplica el producto de una forma tan sencilla, lo difumina tan bien y ayuda a que el corrector quede tan fijo que, no sabemos si será por su forma, por el corte o por cuestiones desconocidas, que es capaz de dejar el producto perfectamente integrado, sin que salga ningún tipo de pliegues en esa zona.
Pincelería para ojos y cejas
Si tuviera que elegir una serie de pinceles para hacer un buen maquillaje de ojos y retocar las cejas, serían estos de aquí, sin pensármelo dos veces.
Con todas estas brochas, tendríais un kit básico para realizar cualquier maquillaje correctamente, desde uno más natural a uno más llamativo y elaborado. 😉
Como siempre, espero que este artículo os sea de mucha ayuda y no dudéis en preguntar cualquier cosita sobre él en nuestras redes sociales. ¡Un beso enorme y hasta la próxima!
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