Parece ser que la época del verano es posible quemar calorías y os diremos por qué. Sencillamente es la temporada donde todo lo que nos apetece tomar son cosas ligeras, poco grasas, que nada nos hinche y fresco. Es más, estar en movimiento ayuda mucho para ir quemando sin darnos cuenta. Incluso, también hay quienes aprovechan el buen tiempo para practicar deporte.
Por un lado, somos conscientes de que el exceso de calor provoca un cambio tanto en la alimentación como en nuestros propios hábitos, ya no solo en cuestión a la rutina diaria sino en el momento de dormir. Afecta al cansancio, al apetito, y por supuesto a nuestra temperatura corporal. Debido a ello, preferimos consumir productos contenidos en alto porcentaje en agua por lo que es una manera efectiva de sudar y mantenernos o, conseguir bajar unos kilos.
Por otro lado, el hecho de comer ligero y que nos sacie lo suficiente, hace que el pensemos menos en la comida y por ende no miremos con lupa el cuerpo. Es el momento perfecto para la despreocupación y el sentirnos libre más allá de dietas que se intentan seguir en pleno invierno. Eso no quiere decir que dejemos de cuidarnos, siempre que hay hacerlo, más que nada por salud. De hecho, cada persona debería de cuidar desde un punto vista sano tanto su estado mental como la física. Intentar darle el valor que se merece siempre bajo unas directrices médicas y confiables.
Tips para quemar calorías en verano
Desde aquí os destruiremos unos ‘tips’ realmente básicos para quemar calorías en verano. Parece complicado pensar que es posible, pero la realidad es que cuanto menos pensamos en adelgazar, sea por el motivo que sea, el objetivo se cumple. En el fondo pasa con todo en la vida, cuando nos obcecamos mucho con algo, tarda más en llegar que si estamos todo el rato deseando que pase. Pero cuidarse debería de ser primordial para vivir en paz.
Menús ligeros
En cuanto a los menús ligeros, tendemos a pensar siempre en ensaladas. Pero no es cierto, se puede comer saludable y rico, incluso ligero sin la necesidad de que tenga que ser puramente lechuga. El tomate por ejemplo es una fruta, no hincha y sacia. El aguacate es proteína, y también ayuda en la alimentación. Todo es ir a un bar por ejemplo, y en vez de pedirte en el entrante unas patatas bravas, optas por una burrata para acompañar a tu plato principal.
Sustituir la carne por el pescado
De esta manera, conseguimos llegar a ese plato principal sin habernos llenado mucho, y en vez de carne, elegimos pescado. Aunque eso no quiere decir que dejemos de comer carne. Siempre y cuando sepamos cuándo y cuánto comer. Es decir, optar por un chuletón es totalmente válido, pero uno debe de ser consciente según su cuerpo, como haga la digestión… para quizás no consumirlo a las 11 de la noche. Por lo que es probable que sienta y entre mejor al estómago a una hora más temprana. Porque al final no deja de ser una carne pesada. Si nos ocurre eso, el cuerpo se sentirá pesado y le costará más digerir, en cambio el pescado es el producto más ligero y que sienta bien a cualquier hora.
Meditar
A la hora de meditar, dicen que la mejor hora es por las mañanas. Y si es en ayunas mejor. Dicen que el cuerpo está más ligero que nunca, ningún pensamiento pesa y hace que podamos enfrentarnos a nuestro día con mayor actitud. Además, también consigue dejar atrás el día anterior para poder dar vez a lo que nos espera. El mundo mindfulness se ha convertido en un fenómeno viral no solo por su ayuda sino por su práctica en nuestro día a día. Nos levanta con más ganas y miramos la vida con otras perspectivas.
Practicar deporte
No obstante, el deporte es fundamental. Considero que debería de ser no obligatorio pero sí de enseñanza como algo básico en nuestras vidas. Desde que somos pequeños y vamos al colegio, la asignatura de educación física no logra conectar con todos sus estudiantes. Yo la primera, fui nefasta en mi época estudiantil. Pero con los años, me di cuenta de la importancia que tenía y sobre todo que debía aplicar en mi vida. Te cambia la manera de pensar para mejor, y sobre todo, te mantiene activo que es imprescindible para mantenerse en forma y no hablo en cuestión física, sino como reitero, por la salud mental. Haz ejercicio 10 minutos cada día para que se convierta no en un sacrificio sino en una rutina ideal que no te pueda faltar. El movimiento es la clave.
Dormir bien y suficientes horas
Una de las cosas que nos enseñan poco, es a darle el valor a los sueños. A veces, vivimos metidos en mil rutinas que nos dejan pocas horas para dormir y aún así, creemos que son suficientes. No es verdad. Cada cuerpo pide, habla por sí solo, y debemos saber escucharlo para poder darle todo aquello que necesita. Igual que son necesarias las pausas cortas, también debemos tomarnos algún que otro descanso sin límites ni tiempos. Es más, aunque no lo ceras, mientras se duerme también se consume calorías.
Viajar
Dicen que la mejor medicina para curar los males es viajar. Pero también es verdad que no todo el mundo se lo puede permitir. Y ojalá viajar fuera tan sencillo como pedir cita en el médico y que te dieran un jarabe para que en dos días se te quitara el dolor, sea cual sea. Ojalá viajar pudiera ayudarte a solventar problemas económicos. o incluso dejará atrás cuestiones familiares que consiguen separar relaciones por mil motivos. Sin embargo, cuando tenemos la oportunidad, viajar nos sana el alma y por ende, quién lo niega, también nos ayuda a bajar calorías. Viajar hace feliz a cualquiera, y más si es por placer.
Pensar menos y disfrutar más
Y por último, pero no menos importante. La mente. Pensar menos nos hace disfrutar más, y lo que es lo mismo, es más sencillo olvidar, más fácil practicar y una apuesta segura adelgazar. Y si es en verano, ya te digo que calorías es en lo que menos vas a pensar.