El tema de la caída del cabello es algo que nos queda muy lejano, ¿no? Es una preocupación que a la mayoría de personas, no nos concierne de momento. Entre los jóvenes, no es algo que quite el sueño, ya que somos eternos, o eso creemos. «A partir de los treinta, me empiezo a preocupar del pelo y las cremas para la cara».
Siendo completamente inocentes en temas de cuidados, olvidamos siempre el pelo. Solo nos preocupa el champú; si es para teñidos, si contiene aceite de argán, «como dicen que es muy bueno», si sella las puntas o si protege el encrespamiento. Pero hay más que champús y acondicionadores. Precisamente, el último champú que echamos en la caseta de la compra es el «anti-caída». Y siempre nos da un poco de miedo saber que existe y que llegará el día en el que vayamos a por él.
El avance de la edad no es lo único que fomenta la caída capilar. ¿Qué hay del estrés, ansiedad y hasta la misma tristeza? Son cosas que pasamos por alto y es lo que condiciona gran parte de la pérdida de nuestra melena. Por no hablar de la mala alimentación y hábitos. Hasta el momento, una servidora tampoco sabía lo importante que era esto.
¿Por qué se cae el pelo con el estrés? Con uno de carácter físico y emocional, podemos llegar a perder hasta un 50% de densidad. Es un dato que asusta. Generalmente, cuando una persona está más estresada de la cuenta y entra en un estado de ansiedad prolongado, su funcionamiento hormonal varía. El cabello tiende a crecer más lentamente, y el restante que está crecido ya, pierde fuerza y se cae debido a nuestra debilidad «emocional y física». No podemos olvidar que nuestro cuerpo es nuestro templo y hogar, si por dentro estamos de un modo, por fuera se refleja.
«Vale, pero primero por dentro». Uno de los principales remedios para frenar la caída ligera del cabello sería cuidarnos por dentro. Esta va en la cima de la pirámide de sugerencias. La salud mental es el motor que va a regir tu pelo y cuerpo a partir de ahora. Analiza tu estado interior. ¿Hay algo que te obligue a estar mal? ¿Qué es? Si la «meditación en casa» no funciona, es hora de buscar ayuda para parar esa ansiedad. Cuida de tu estrés y tómate algunos breaks en tus obligaciones para que estas no se apoderen de ti. Una buena inteligencia emocional te va a ayudar a encontrar el foco del problema, a sentirte mejor y estar más calmado, así tu cuerpo, tu sistema y hormonas volverán a trabajar sin presión. Con calma, tranquilidad y salud. Evitar el estrés es lo más importante, o al menos, saber manejarlo. Acudir a un psicoanalista sería la mejor de las opciones también.
A este primer consejo, añadirle una buena rutina y estilo de vida. Organizando hábitos, comiendo saludablemente, con dietas que contengan alimentos ricos en omega 3 y colágeno. La vitamina A, (bueno, todas en sí) ayudan a su fortaleza. Combina esto con un poco de deporte. Quizá no te guste ir al gimnasio, ni salir a correr. Pero puede que sí te guste la música. Pon música en tu habitación y busca alguna rutina en Youtube. En compañía a veces es mejor, ya que las risas y el ánimo mutuo lo facilitan. Esto te hará sentir mejor contigo misma, y segregar serotonina es sinónimo de lograr lo que quieras.
Habla con tu peluquero. No lo cuentes de broma a tus amigos, aunque si en vez de traumatizarte por algo tan normal, lo llevas con humor… Es mejor. Evita la desinformación, ya que cada persona es un mundo, como su cuero cabelludo. Pide cita en una peluquería que garantice que tiene un personal preparado y que no solamente sepan peinar, sino que puedan responder tus dudas de salud capilar. Te sorprenderían las peluquerías que no tienen un estudio intenso del cabello. Una vez allí, te observarán tu pelo y te dirán a qué se debe la caída, cómo intentar arreglarlo y te recomendarán productos acorde a su cuidado. Un tratamiento personalizado y especial para tu nueva rutina de lavado.
Si por el contrario, quieres prescindir de comprarlo en la peluquería porque sea excesivamente caro, siempre puedes ir a una farmacia o tiendas como Freshly Cosmetics, que al menos, sabemos que el producto evita los químicos y es más eco y respetuoso. Esto es un punto muy a favor ya que cuanto más natural, más lo agradecerá nuestro pelo. Eso sí, infórmate de la mano de un profesional antes de comprar nada.
¡Evita de los tirones! Si estás notando que tu pelo se está debilitando y empieza a caer, no lo fomentes estirando de él con un peine que lo dañe aún más. Usa un acondicionador que hidrate y suavice después del lavado. Una vez desenredando, hazlo de medios a puntas, sujetando cada mechón con la mano libre. El pelo rizado, por cierto, siempre tiende a secarse. Imagina si no se usara un acondicionador que ayude a peinarlo, sería perder pelo como pasatiempo al salir de la ducha. Mejor hacerlo con cuidado, independientemente de que se nos caiga o no.
Hay algo que tienes que olvidar: la decoloración. Si tu pelo pide a gritos un cuidado y lo quieres rescatar, los tintes y la decoloración es fatal para ello. Ya que es quemar el pelo. La decoloración en sí, es de lo más agresivo para nuestros mechones. Si a eso le sumas la caída incipiente, aunque escasa, saldrá mal.En caso de que tengas algunas mechas con este producto, realiza una hidratación casera por semana. Con una mascarilla y un suavizan es más que suficiente. Aplica la mezcla de estos hidratantes de medios a puntas y recoge tu pelo en un moño durante una hora. Luego lávalo. Lo mismo sucede con la plancha en exceso, ya que lo parte y lo quema si no usamos un protector térmico. Antes era más complicado encontrar este producto, ahora lo tenemos en Mercadona incluso. Aprovecha la venta de estos productos de cuidado para no quemar y estropear tu bonita melena.