Se va, se fue, se ha ido, el 2020, desapareció, se esfumó. Un año, sí, ha pasado un año, parece ayer cuando gritábamos sin mascarillas, vibrábamos con la llegada de un gran año, sin saber lo que depararía sus fronteras. El destino está escrito y nuestras ilusiones se esfumarían de la misma manera que se esfumaron nuestras palabras.
En marzo comenzamos a vivir una de las peores experiencias vividas en los últimos tiempos. El universo así lo quiso. Nos robó el corazón, las sonrisas, los abrazos, esos abrazos que tanto añoramos y que nos costará recuperar. Nos trajo esa sensación tan extraña llamada distancia social y ese ambiente raro llamado silencio. Las calles se apagaron, el sonido del ruiseñor se silenció y un ángel negro sobrevolaba la humanidad. La muerte hacía aspavientos y se regodeaba ante los más próximos y miles de personas perdían las vidas en nuestras calles, nuestras fronteras y nuestros hogares. Cambiamos las capas de superhéroes por batas blancas y mascarillas. Convertimos a los oficios más desprestigiados, en los más importantes e hicimos protagonistas al sector esencial en la lucha contra un bicho que ni los espíritus podían asustar.
<< Las calles se apagaron, el sonido del ruiseñor se silenció y un ángel negro sobrevolaba la humanidad>>
Nuestra vida cambió, empezamos a volar alto, a disfrutar de nuestro interior y nuestro alrededor como nunca antes lo hicimos. Nos acercamos a los más desfavorecidos y empezamos apreciar lo que verdaderamente importa. Paralizamos el mundo. Disfrutamos de nuestra familia, sin ninguna prisa, porque cada quince días, la vida pendía de un hilo que se demoró durante 100 días. Unos días eternos donde perdimos vidas y desarrollamos amor. Un sentimiento que, en ocasiones, no sabemos su significado.
Hoy, 31 de diciembre, diez meses después del comienzo de una de las peores etapas de las últimas décadas, es importante recordar que no seamos tan torpes de olvidar este tramo tan importante en nuestras vidas. El ser humano es egoísta, tonto e hipócrita. Olvidamos rápido las cosas malas y nuestro mecanismo de defensa hace que lo positivo brote por nuestros poros. Vivamos siendo felices, pero no olvidemos que los que se quedaron en el camino, lucharon por nosotros, lucharon por una vida mejor, lucharon por ser lo que somos ahora y vivieron hasta el último segundo gracias a nosotros. Aquellos que le dimos fuerzas para seguir, aunque desgraciadamente, no lo contaron. Si cada una de esas estrellas que brillan hoy sobre el cielo de media noche, mientras comemos las uvas, hablase, nos dirían que aprovecharemos la vida al máximo, que nuestros deseos, se conviertan en verdades y hechos. Que deseemos volver a sentir el amor de nuestros seres queridos y que soñemos con ser mejores personas.
<<Elígete a ti como líder de tu vida>>
Recordad, el peor enemigo somos nosotros mismos y tenemos que hacer que nuestra propia mente alcance el éxito. Triunfe y disfrute, sin olvidar a los que no nos olvidan. HA sido un año difícil, un año donde la pandemia nos ha borrado la sonrisa. Pero, tenemos que recuperarla. Tenemos que ayudar a los que los necesitan. Tenemos que ser tolerantes y solidarios. No olvides ser quién tienes que ser y no quien que no quieras ser. Olvídate de las modas y no elijas ideologías políticas para hacerte valorar. Elige tu corazón. Elige tu mente. Elígete a ti como líder de tu vida. Lucha por ser tú y por ser aquella persona de la que tus abuelos se sentirían orgullosos. Esta noche, coge la mano a tu familia, míralos y sueña con pasar el resto de tu vida a su lado. Brinda por los momentos que te ha dado el 2020 y sueña con recuperar el tiempo perdido en el 2021. Que seáis felices ¡Feliz año!
John Reyes
Director HOY Magazine