No hay nada con lo que la pandemia no haya arrasado, pero hay campos que se han visto inevitablemente más afectados que otros. La moda es una de esas industrias que se han tenido que reinventar por completo para poder seguir brindando sus servicios teniendo en cuenta la repercusión a nivel económico que puede ocasionar un giro de 180º al modificar el ‘modus operandi’ tradicional. No obstante, la moda siempre sabe resurgir de sus cenizas y superarse a sí misma: lo online es el nuevo futuro y tiene más ‘pros’ que ‘contras’.
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No cabe duda de que el mundo de la moda es uno de los sectores que más estabilidad tienen gracias a la repetición de los patrones en cuanto a su timeline: fashion week tras fashion week y colecciones crucero que hacen que los ingresos se puedan considerar fijos. La estabilidad de la industria se ve directamente reflejada en los datos económicos, por ejemplo en España toda la cadena productiva genera un 2’8% del PIB total a la vez que conlleva un 4’1% del mercado laboral. Sin embargo, el hecho de que las fashion weeks no se hayan podido celebrar en condiciones normales y todo lo que ha conllevado la crisis sanitaria (y económica) en la industria ha provocado una caída del 35%-40% en los ingresos totales, según un estudio de The Boston Consulting Group.
Aunque las pérdidas hayan sido evidentes -y comprensibles si nos paramos a revisar todos los eventos habituales que se han visto cancelados por la emergencia sanitaria-, no todo iba a ser malo, al contrario. La pandemia ha brindado una oportunidad única a las firmas para salir de sus casillas de seguridad y atreverse con la tecnología manifestando sus increíbles dotes creativos. La importancia de una performance para presentar una colección es una realidad que encamina a la moda a un futuro online, donde la front row son los usuarios y clientes.
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Se han visto auténticas maravillas: la colección de marionetas de Moschino para presentar su colección Spring Summer 2021, el videojuego Afterworld: The Age of Tomorrow de Balenciaga que presentaba la prefall para el otoño/invierno de 2021 o las infinitas fashion films que han contextualizado las prendas de la colecciones de muchas firmas, como puede ser ‘Le Château du Tarot’ de Dior. A estos nuevos formatos de presentar los proyectos solo podemos sacarle ventajas: innovación, sostenibilidad y sobretodo una nueva forma de hacer la distancia más corta entre los consumidores de las marcas gracias a las presentaciones en las redes sociales. Si algo nos ha enseñado este año excepcional es que el futuro de la moda será online o no será.