En muchos casos la falta de experiencia puede ser el detonante del fracaso. Esto es lo que ocurre con la película de Irene Zoe Alameda. La cineasta española dirige y escribe un proyecto lleno de carencias que te sacan fuera de una trama poco creíble.
La historia comienza cuando Alexandra conoce por primera vez a su padre, el cual ha estado encarcelado diez años por un delito que no cometió, terrorismo. Padre e hija viajan a la India para tratar de ganar algo de dinero con la industria textil, pero el viaje les servirá para empezar a conocerse mutuamente. Las malas decisiones, las compañías inadecuadas y los problemas económicos están a punto de hundir la vida de Alexandra y de su padre, desembocando en una nueva acusación de terrorismo. Ambos lucharán por salir adelante.
En primer lugar, llama la atención las actuaciones de los protagonistas. Sin duda lo peor del filme, ya que cada escena está sobreactuada al máximo. Da la sensación que los actores no se estudiaron el texto porque parece que leen el guion línea por línea en vez de interpretar. Gestos, frases, entonaciones y miles de tópicos te sacan de la historia una y otra vez.
La trama es difícil de catalogar ya que resulta extraño enlazar todas las piezas de la historia. Era buena idea, pero ha sido trabajada con demasiada espectacularidad. Hay ciertas subtramas que se quedan a medias, personajes que no acabas de entender y en general la historia se acaba cerrando bien, pero dentro de una atmosfera difícil de creer.
Otra cuestión importante es la producción. Es entendible que conseguir presupuesto es una ardua tarea e improvisar con lo que se tiene es un logro, pero volvemos a ver detalles que descuadran totalmente al espectador. Vestuario desencajado, maquillaje de poca calidad y el diseño de escenarios… mejor ni hablar. Pocos recursos tristemente mal utilizados. Una pena que se apueste tan poco por los pequeños cineastas españoles.
Queda comentar el montaje de la película. En este caso por momentos parece que la película se convierte en un documental sobre la vida en las calles de la India o sobre cómo la industria explota estos países. Varias transiciones del principio del metraje retrasan el conflicto de la historia y aburren al público, intercalando música y largas escenas que poco tienen que ver con la trama general. También podemos ver efectos muy pobres y no del todo bien ejecutados en una vorágine de escenas que intentan dar la sensación de un drama familiar.
Película que trata de abarcar muchos temas desde varios ángulos, pero que se queda en un experimento fallido de poca calidad. Sin embargo, hacer una película es algo muy complicado que requiere muchísimo esfuerzo y siempre es de admirar que el cine español siga creciendo, aunque a veces haya que aprender de los errores. (Valoración: 2/10)