Y le tocó a París. Esa ciudad tan mágica, la ciudad de la luz; esa que tantas veces hemos visto representada en películas llenas de amor, cabaret y vida bohemia. Porque París es eso: luz, vida, amor, bohemia, y por supuesto, moda. En París desfilan muchos de los diseñadores con mayor sobrenombre de este planeta, entre ellos uno de nuestros favoritos: Valentino. La maison francesa ha destacado por numerosas características a lo largo de su trayectoria como empresa, como industria y como firma de alta costura. Valentino Garavani, su creador, ha dejado momentos y frases célebres que han marcado la historia de la moda, como la de «Yo sé lo que quieren las mujeres. Ellas quieren ser hermosas» o la de «la elegancia es la balanza entre proporción, emoción y sorpresa» y una cosa está clara, nadie recibe el título de «El diseñador de la elegancia» si no es por un motivo bien argumentado.
A pesar de que Valentino Garavani ya no se encuentra al frente de la maison, su sustituto, Pierpaolo Piccioli ha demostrado estar a la altura con la presentación de la nueva colección Spring/Summer 19 en la París Fashion Week. La sencillez de sus diseños lo encumbró en la más alta de las torres, fue una visión clara y fuerte de la belleza y de la elegancia de la mujer contemporánea.
La pasarela comenzó con el color que encarna la elegancia en su versión más clásica: el negro. Poco a poco, el blanco se fue abriendo paso con estilismos minimalistas hasta desembocar en otros más puros. A continuación, el sello de la casa apareció en escena: vestidos del color de la pasión acapararon las miradas de todos los asistentes.
Los colores bajaron su intensidad para finalizar su recorrido en tonos empolvados. La sencillez de la monocromía de la pasarela tornó su dirección y en escena aparecieron estampados barrocos, llenos de locura, color y dulzura. Los tejidos también evolucionaron. Los mix de lentejuelas con las plumas y el tafetán estuvieron muy presentes.
Como no podía ser de otra manera, la maison dio por finalizado su show de la mano de vestidos majestuosos, llenos de tul, volantes, escotes de vértigo y sobre todo, ese romanticismo que tanto ha definido a la firma durante todos estos años.
Nos hallamos en una época en la que por fin se está apreciando el trabajo que conlleva la alta costura. La firma Valentino solo se ha encargado de engrandecer y definir todavía más esta idea. Además, la inclusión de mujeres de todas las edades fue un acierto, las mujeres de más de 50 también se sienten bellas. Por cosas como esta, adoramos a Valentino. Solo podemos decir ¡bravo! Porque, en definitiva, todo este romanticismo, sensibilidad, inclusión y elegancia fue un deleite para el buen gusto, y eso nos encanta.