Dijo una vez la gran diseñadora de moda, Coco Chanel, la siguiente frase: “La elegancia es cuando el interior es igual de hermosa al exterior”. Con esta declaración no pudo definir de mejor manera el significado de la elegancia. Son muchas las maneras que existen (y que cada uno tenemos) para describir esta palabra. Al fin y al cabo, se trata de algo muy subjetivo, todos tenemos nuestra propia visión.
En moda, ser elegante es un concepto muy ambiguo. Tal vez, diseñadores como Dior y Burberry, al pensar en esa palabra, se imaginen a una mujer muy femenina, refinada y vestida con un vestido sublime y unos salones con tacones de aguja. Sin embargo, para la británica Vivianne Westwood probablemente sea alguien que va con plataformas altas y falda de cuadros. Esa es la magia de la industria, la diferencia de opiniones y el estilo único de cada marca.
Una de las afirmaciones que más está a la orden del día es si la elegancia está relacionada también con la clase. Para ello, empezaremos con la siguiente pregunta:
1. ¿Hace falta tener clase para ser elegante?
Dentro de esta afirmación, tenemos dos claves a analizar. La clase o la posición social que tengamos está determinado con nuestra forma de vestir. Es más, se tiene demostrado que la moda es una forma de mostrar nuestro status social.
Por ejemplo, si alguien pasea por la calle con un bolso de Hermès y con un look de oficina, el primer pensamiento que tiene la mente es que se dicha persona pertenece a la clase social alta y viste elegante. Aquí es cuando entra la siguiente pregunta:
2. ¿Vestir con ropa de marca nos aporta elegancia?
Vivimos en una época en el que el fast fashion lidera la industria de la moda. Antes de que existieran marcas como Zara, Mango o H&M, solo los más pudientes vestían de las últimas tendencias que se llevaban. Después de su llegada, ahora todos nos lo podemos permitir todos, independientemente de donde proceda.
La moda se ha democratizado y es un hecho. Nadie tiene la necesidad de gastarse 3000 € por unos pantalones campana pudiendo comprarlos a 20 €. Eso mismo sucede con la elegancia. La oportunidad de que podamos ir elegantes sin tener que pagar mucho dinero es lo que caracteriza a la industria de hoy día. Pero la elegancia no es solo moda y llevar prendas o bolsos caros. Implica otra cosa más y esto nos lleva a la siguiente pregunta:
3. ¿Qué es ser elegante?
La moda muestra quiénes somos. Las primeras impresiones suelen ser las más impactantes a la hora de conocer a gente. Cuando ves a alguien bien vestido y con ropa de marca, tu mente comienza a decir que es simpático y amable. Pero luego es todo lo contrario.
Esa es la cara oculta de la moneda. Para conocer de verdad a alguien, debes saber quién es y no fijarte por su aspecto. Desgraciadamente, vivimos en un mundo donde las apariencias importan (y engañan).
Como respuesta a esta pregunta, la elegancia no es solo vestir con firmas de Alta Costura y tener el look más envidiable de todos. Nuestro carácter y nuestra actitud está por encima de todo y es lo que nos hará ser elegantes.