La nueva normalidad está cada vez más cerca. Sin embargo, este verano es muy diferente al de los últimos años. La incertidumbre no nos deja hacer planes a largo plazo y las maletas se nos están resistiendo. No te preocupes, puedes tener vacaciones. Mientras tanto, te contamos cómo parece que será el verano, ese gran desconocido que pensábamos que no llegaría nunca.
El turismo nacional es la gran apuesta de este verano. La gran mayoría ya estamos valorando una escapada a lugares cercanos y desconocidos. De esta manera, lograremos reactivar uno de los sectores más castigados durante la pandemia. Esto es lo que se conoce como un turismo integrador y participativo. Como ya hemos anunciado en HOY Magazine en algunas ocasiones, nuestro país tiene multitud de lugares con encanto para todos los gustos: para los amantes del mar y la soledad, los que disfrutan en conexión con la naturaleza o los más cosmopolitas.
Las playas tendrán autonomía según municipio para establecer protocolos de seguridad. Aún así, El Instituto para la Calidad Turística Española ha publicado unas indicaciones básicas a seguir. Distancia de dos metros entre los bañistas tanto dentro como fuera del agua, delimitaciones en la arena para asegurarla y carriles para entrar y salir de la playa. Además, habrá aforo limitado y personal dedicado a la desinfección de las duchas y demás espacios comunes.
Pero, ¿cómo serán las relaciones sociales? Según un análisis de impacto del Grupo Havas, la nueva normalidad vendrá de la mano de algunas tendencias. El tema al contagio de uno mismo o de los familiares más cercanos nos acompañará durante un tiempo. Así que ahora somos, y seremos, más precavidos y cuidadosos con la higiene. Por esta razón también evitaremos el contacto físico y las aglomeraciones, por lo que se dejarán a un lado los viajes innecesarios.
La solidaridad parece que será tendencia este verano. Durante el confinamiento las iniciativas solidarias han tenido un gran protagonismo, hemos aprendido que nos necesitamos los unos a los otros. Así que, también cuidaremos más de los nuestros y le dedicaremos más tiempo que antes. Las cosas y personas que formaban parte de nuestro día a día antes de la pandemia y de las que parecían que nunca podrían separarnos, durante la cuarentena ganaron valor. Una cerveza con los amigos en la terraza de un bar al sol, el concierto de tu grupo favorito o un simple abrazo. Lo cotidiano también puede ser extraordinario.
Estos duros días, que aún no han acabado, también nos han mostrado la realidad del planeta en el que vivimos. El ritmo frenético al que acostumbrábamos no solo es perjudicial para nosotros, sino también para el medio ambiente. El nivel de la contaminación disminuyó mucho en cuestión de días de calma en las grandes ciudades y, la naturaleza, pudo respirar y recuperar espacios que le habíamos robado.
El mundo globalizado de consumismo conlleva una inestabilidad que, según el análisis, querremos terminar. Y la solución no es otra sino un mundo sostenible. La responsabilidad no solo será en términos ambientales, sino en buscar un equilibrio con el impacto que creamos día a día. Así que, favoreceremos también a esas marcas que tengan valores responsables y dejaremos de mirar a un lado cuando se trate de hablar de nuestra obligación como ciudadanos con el planeta al que tanto debemos.