La Semana de la Moda de Londres nos trae uno de los desfiles más esperados del nuevo estilo inglés: el de Victoria Beckham, y es que, la británica, se ha convertido en una de las diseñadoras que mejor viste los looks de oficina. Fijándose en los clásico, apuesta por las faldas de tablas, el estampado tartán, y las camisas de grandes cuellos. Una colección práctica, fácil de llevar y que seguro copiaremos para el próximo otoño-invierno 2020/2021.
Una colección, que como ella misma ha confirmado, se debate entre el refinamiento y la rebelión. Teniendo presente la figura de la mujer en distintas épocas, personajes y actitudes pero restricciones, la diseñadora evolucionado las siluetas con una estética mucho más fresca. Las proporciones se vuelven más cortas dándoles, de esta manera, un toque mucho más innovador y correcto. La colección trata de mantenernos fieles a nosotros mismos y a nuestra mujer, pero aún sorprenderla a ella y a nosotros.
Inspirándose en los uniformes de los colegios de Londres más elitistas, Victoria Beckham nos trae faldas de tablas, de largura por la rodilla, camisas abotonadas hasta arriba, y grandes cuellos que asoman bajo los jerséis de lana. Un estilo clásico que se ve renovado con algo de color, con las botas mosqueteras ajustadas a la pierna, y con un cinturón garra que puede ser el accesorio it de la próxima temporada.
Para las noches más especiales, los vestidos negros son una apuesta segura, que con los escote vertiginosos, los cinturones finos y un corte sinuoso hace que sean de nuevo los más deseados, un look perfecto para una cita ideal.
Con un estilo más sofisticado, que nos recuerda a la colección de Zara de este otoño, Victoria Beckham recupera el estampado pañuelo, las mangas abullonadas, y da una oportunidad a tejidos como la pana y el satén.
Sin embargo, una vez más todas las miradas se han posado sobre la familia Beckham, que ha ocupado un puesto privilegiado en el front row, y más concretamente en la pequeña Harper, que ha acudido muy emocionada al desfile de su madre.