Que la historia ha desterrado en el olvido a miles de mujeres llenas de talento es un hecho imposible de negar en estos momentos. Y una de ellas, es Vivian Maier. La fotógrafa neoyorquina que supo capturar los instantes más cotidianos de un pasado al que hoy nos podemos transportar gracias a su trabajo. Aun recuerdo cuando hace ya un año mi prima me contó quién era y sinceramente, me sorprendió que su trabajo y su nombre no fueran tan conocidos como el de grandes artistas. Supongo que por un momento me olvidé de la realidad; de que aun en la actualidad el talento femenino suele pasar desapercibido entre todos los nombres masculinos.
Vivian Maier es sin duda el sinónimo de espíritu libre y esfuerzo por aquello que le apasionaba: la fotografía. De hecho, dejó tras su fallecimiento más de 100.000 negativos. Ahora sus obras recorren las galerías de los museos más importantes del mundo. Pero no fue hasta 2007 cuando su enorme trabajo fue descubierto en una casa de subastas de segunda mano en el noreste de Chicago. John Maloof es el hombre que defendió y puso en el punto de mira todas sus obras que tiempo más tarde impactarían en el mundo entero.
«Porque con cada toma de Vivian Maier se traza la ventana del ojo que mira curioso hacia ese tiempo que dejamos atrás.»
“Bueno, supongo que nada está destinado a durar para siempre. Tenemos que dejar espacio para otras personas. Es una rueda. Subes, tienes que ir hasta el final. Y luego alguien tiene la misma oportunidad de llegar al final y así sucesivamente», anunciaba la fotógrafa. Sin embargo, algo en su forma de tomar instantáneas sí nos inspira que su trabajo permanecerá durante mucho tiempo en la retina de quien lo observa. Porque con cada toma de Vivian Maier se traza la ventana del ojo que mira curioso hacia ese tiempo que dejamos atrás. La mirada reposada de Vivian Maier sobre los escenarios de sus fotografías la convierten hoy en toda una referente que los críticos aclaman. De hecho, The New York Times la reconoció como “una de las fotógrafas de calles más reveladoras de América”.
Sus obras más representativas
Las fotografías en blanco y negro más representativas de Vivian Maier se entremezclan con las que muestran un gran dominio del color. A pesar de haberse convertido en una de las fotógrafas con más reconocimiento de la historia, ella no revelaba muchas de sus fotografías porque no se lo podía permitir. De hecho, su trabajo principal era el de niñera, aunque según recuerdan los niños siempre era una mujer enigmática que llevaba su cámara colgada siempre al cuello.
«Con su cámara aprendió a dibujar con cada instantánea su forma tan creativa de ver el mundo»
Así es como capturaba momentos divertidos de niñas divirtiéndose en la calle, mascotas, expresiones de mujeres y sus icónicos autorretratos a través del juego único que conseguía dominar con su cámara Rolleiflex sobre el uso de la luz y la composición de la escena. De esta forma, es como consigue que sus fotos tengan esa sensación de recuerdos cercanos. Con su cámara aprendió a dibujar con cada instantánea su forma tan creativa de ver el mundo. Una visión personal que hoy podemos disfrutar todos para devolver el reconocimiento a una mujer cuyo talento ha estado demasiado tiempo abandonado en el olvido.